Un mapa antiguo, tal como escribíamos en mayo del pasado año, puede
ofrecernos valiosa información no solo geográfica sino también histórica,
política o administrativa. Cambios de régimen político, alteración de los
límites administrativos territoriales, desarrollo de campañas bélicas,
progresos de las infraestructuras viarias, ubicación de lugares o monumentos
desaparecidos, etc., son aspectos fácilmente legibles en cualquier mapa
realizado con un mínimo rigor científico. En aquella ocasión, nuestro artículo
abordaba algunos de los ejemplares más interesantes que conserva la Biblioteca
Municipal Central de nuestra ciudad. Pero contamos con otra valiosa colección
de estos materiales en la Municipal del Coloma, donde custodiamos el fondo
antiguo del Instituto más antiguo de nuestra provincia, y seguramente de
Andalucía. Concretamente son catorce las piezas de esta naturaleza, cuatro del
siglo XVIII y el resto del XIX. Si existe algún colectivo profesional que se
haya beneficiado especialmente de la aparición de Internet, éste es sin duda el
de los bibliotecarios. Hemos llevado a cabo una exhaustiva búsqueda por las
principales bases de datos bibliográficas que existen, tanto nacionales como
extranjeras: la red de bibliotecas públicas del Estado, el catálogo colectivo
del patrimonio bibliográfico español, la red de bibliotecas universitarias,la
Biblioteca Nacional de España, la Library of Congress, la British Library, la
Nacional de Francia o metabuscadores como “el buscón”, entre otros
recursos. Gracias a esta labor de rastreo podemos afirmar con rotundidad que
cinco de los ejemplares que conservamos pueden catalogarse como una rareza, por
ejemplo la “Geographie moderne” del francés Jean Baptiste Clouet,
publicado en París en 1793, un detalle del cual ilustra este artículo. Los
sesenta y ocho mapas, impresos a doble
hoja de gran formato, están enmarcados por orlas adornadas con motivos marinos
y vegetales. Además de nosotros, solo lo tiene la Biblioteca Pública del Estado
en Ávila. Sin embargo, no es la pieza más rara de la colección. Ese honor se lo
lleva el “Grand atlas de geographie physique et politique ancienne et
moderne”, una edición parisina de P. Lethielleux que no hemos hallado en
ningún otro centro por más que hemos buscado. Tampoco es que sea el mapa más
llamativo ni más vistoso, ni siquiera el más antiguo, pues el impresor ejerció
a principios del siglo XX, pero por escaso es siempre valioso. El más atractivo
es otro que solo hallamos en la Nacional de España, el “Orbis vetus”,
una obra monumental del cartógrafo de Luis XV de Francia, Didier Robert de
Vagaundy. El “Atlas zu Alexander Humboldt's kosmos” (Stuttgart, 1861),
otra de las muestras, solo está en la British Library. El “Atlas del itinerario descriptivo de España”,
de Laborde (Valencia 1826), o la serie, en tela desplegable, del“Atlas de
España y sus posesiones de Ultramar”, de Francisco Coello (Madrid,
1848-1870), aunque presentes en muchas bibliotecas, son otras de las joyas cartográficas conservadas en la Red de
Bibliotecas Municipales, en particular en la del centro docente P.L. Coloma. NATALIO
BENÍTEZ RAGEL.
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