viernes, 6 de octubre de 2017

PUBLICACIONES DEL XIX Y "EL BELLO SEXO"


El Gran Mundo: revista dedicada al bello sexo” se publicó en Sevilla entre 1872 y 1876.  Tocaba temas de “literatura, salones, modas, paseos y noticias”, con ilustraciones como la que acompaña este artículo. Salvo Benito Mas y Prat y algún otro, pocas son las firmas consagradas que escribían en ella. Curiosidades, cotilleos en algunos casos, llenaban sus páginas, lo que nos da una idea de la calidad de las publicaciones dirigidas a las mujeres, en contraste con  aquellas dedicadas a un público mayoritariamente masculino, como las valoradas “La Ilustración Artística” o “La Ilustración española y americana”, donde por cierto también colaboraba Mas y Prat.  Varios ejemplos del contenido: un panegírico sobre las suegras ante el ancestral desprecio de los yernos, pues “creyendo tener en su hija un tesoro inestimable, les parece poco para ella todo hombre y abultados miran todos sus defectos” ; una crónica de un baile ofrecido en Jerez por los señores Sánchez Romate y sus hijos los duques de Almodóvar del Rio en diciembre de 1875  en su palacio de la calle Lealas ; o una visita hecha por el poeta y dramaturgo sevillano José Velilla a la feria de Jerez en mayo de 1876, acompañado por el historiador jerezano Manuel Cancela, donde el dato más interesante que nos da es la “iluminación a la veneciana” que lucía la calle Larga. Si esta revista resulta tan solo insípida, otras publicaciones del XIX sobre la mujer asombran por el solo hecho de haber salido de las imprentas, como el “estudio” de un tal Dr. Pouillet (ni siquiera en la Espasa lo he encontrado) cuyo título ya da escalofríos: “Estudio médico-filosófico sobre las formas, las causas, los síntomas, las consecuencias y el tratamiento del onanismo en la mujer” (1883). Lo sorprendente ya no es que este panfleto afirmase que “de todos los vicios de lesa naturaleza, uno de los más grandes es la masturbación”, que dijera que “la mujer se haya más propensa que el hombre al onanismo arrastrada por la exquisita sensibilidad de su aparato genital”, o que enumerase hasta varios remedios contra estas prácticas, como el sulfato de quinina, la belladona, el bromuro de potasio o, para aquellas más recalcitrantes, la clitoridectomía, y todo ello escrito por un hijo del país de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Más que eso, lo  realmente llamativo es que este engendro superara las depuraciones de libros de la posguerra y acabara en manos de Soto Molina. Quizás quienes integraban aquellas comisiones ni siquiera sabían quien eran Onán, y puede que don José se lo quedara, como ejemplar curioso, para su biblioteca particular, conservada en la Biblioteca Municipal de Jerez. NATALIO BENITEZ RAGEL.  

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