sábado, 12 de diciembre de 2015

MATERIA COMBUSTIBLE

Desde su inicial Elogio a la mala yerba (VIII Premio Internacional de Poesía Loewe a la Creación Joven en 1995 y publicado por Visor en 1996), la trayectoria poética de Pepa Parra se ha ido consolidando en el panorama literario de nuestro país, aunque el reconocimiento general, de público y crítica, cueste mucho más desde provincias que desde una gran ciudad. Pero Pepa, como otros excelentes ejemplos (Paco Bejarano, Pepe Mateos, Pedro Sevilla), ha preferido permanecer en su tierra, Jerez, en la que desde su puesto en la Fundación Caballero Bonald es testigo de privilegio del ambiente literario que se respira fuera de nuestra ciudad, en algunas capitales más viciado que en otras, además de permitirle que se valoren sus méritos poéticos y su trabajo. Y desde aquel primer poemario hasta Materia combustible (Ediciones en Huida, 2013) la búsqueda del otro, las relaciones cuerpo a cuerpo y la obsesión por disfrutar del momento, al tomar conciencia de lo efímero de la felicidad son temas recurrentes en sus poemas. La carnalidad, la recreación en lo bello, en esos cuerpos que se dejan llevar por la pasión o por el descanso después de la batalla de amor se reflejan en los poemas y de ahí el título del libro y las tres secciones que lo componen: “fuego”, “cenizas”, “fuego”. Pero en Materia combustible aparece con más intensidad que en libros anteriores la preocupación por el paso del tiempo y, sobre todo, por el “futuro incierto”, lo que nos lleva a poemas que intentan con cierta e inútil desesperación recuperar el pasado, aunque solo sea un “sorbo” de él (“Dame un sorbo de ayer, una mirada/ los restos de un naufragio / a los que sujetarme…” del poema “egoísmo y miseria”). En esta misma línea encontramos el estremecedor “Cenizas, humo” o las preguntas que se nos hace en el poema “Y si ahora”. Materia combustible es un libro sin duda que exige, por su calidad e intensidad, una lectura pausada, la mirada madura de sus versos, esa mirada desde la que escribe Pepa Parra. José López Romero.

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