viernes, 7 de noviembre de 2014

UNA HISTORIA EN PENUMBRAS

Uno de los periodos históricos envuelto aún en la penumbra es el de la posguerra. Pese al interés de la literatura o el cine por el mismo, no ha sucedido lo mismo en el campo de los estudios históricos salvo muy contadas y no siempre afortunadas incursiones. No es de extrañar, pues, que tampoco en nuestra ciudad haya suscitado el mencionado periodo un excesivo interés por parte de los investigadores, y que este se haya traducido en numerosos trabajos dignos de reseñar. Entre estos últimos sólo estaría la breve pero intensa visión del catedrático Diego Caro Cancela sobre la posguerra local en el tercer volumen de “Historia de Jerez de la Frontera” (Cádiz, 1999) que él mismo coordinó. Otros investigadores también han hurgado en esta etapa pero ya tratando temas más específicos, aunque no menos significativos e interesantes, y que pueden ser un primer escalón para recomponer los vacíos del periodo posbélico. Entre estos autores podríamos nombrar entre los más significativos a Cristóbal Orellana, José García, Ana Rubio, Fernando Romero Romero o José I. Gómez Palomeque. Pero en honor a la verdad la posguerra española, sobre todo el periodo más duro de la misma que podemos establecer entre los años 1939/47, no tiene en nuestra ciudad estudios relevantes que nos den una visión de conjunto de cómo discurrió la vida en ella en sus más variados aspectos. Sin embargo, hoy sabemos que Jerez vivió una fuerte represión iniciada durante la guerra civil y que se prolongó durante la década siguiente; que la hambruna hizo presa en sus calles pese a la riqueza de su campiña; que el mercado negro, o lo que se conoció como estraperlo fue una dura realidad; que  a pocos kilómetros de la ciudad, en los parajes de las Mesas de Asta, un hombre solo iniciaba una de las mayores empresas culturales de la historia de Jerez, o que en ella se vivió muy de cerca y con  inquietud los primeros conatos del movimiento guerrillero –luego conocido como maquis- cuyas primeras manifestaciones se producen cuando la guerra mundial empieza a decantarse a favor de los aliados  a partir de la operación Overlod en el N. de África. En fin, les quiero decir con esta apresurada relación de acontecimientos que Jerez durante la posguerra, es una ciudad con más puntos de interés de los que podríamos pensar, y así  junto a datos que nos ratifican en que en la ciudad se producen fenómenos que se extienden por el resto del país –ya hemos mencionado el estraperlo, o el racionamiento- hay otros que la singularizan y bien merecerían un trabajo de conjunto como los ya editados en otras ciudades españolas. RAMÓN CLAVIJO PROVENCIO

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