Hace unas semanas les daba cuenta de la
aparición de dos documentos de gran
valor histórico: uno databa del siglo I d. C. y el otro era un cuaderno
perdido de un científico de la expedición de Scott a la Antártida. Ahora me
gustaría cerrar el tema acercándome a la otra cara de la moneda, la de la
literatura, donde la aparición muy de vez en vez de algún manuscrito inédito de un escritor de
prestigio ya desaparecido, o un
fragmento nunca publicado de algún libro de culto, no suelen estar exentas de
polémica. Sucedió el año pasado con la aparición oportuna –lo digo porque se
vivían los prolegómenos del aniversario de su muerte- de unas pocas páginas
inéditas del libro de Saint Exupery El
principito. En esto de las apariciones “espontáneas” en la literatura hay
que estar prevenido, pues a diferencia del rigor que rodea los estudios previos
a las “apariciones” de los documentos históricos, la sombra siempre planea
sobre los literarios. Y es que se juega
con ese convencimiento de que todos estamos predispuestos a desear la
aparición de un libro desconocido de un autor que admiramos, predisposición que
hace aumentar la picaresca. Fue muy
comentada hace unos años la publicación de una desconocida versión de la novela de Julio Verne El volcán de oro. Hoy las incertidumbres sobre ella siguen y
tenemos dos versiones firmadas por el mismo autor, y ninguna certeza sobre
cuál era la que Verne deseó dar a la
imprenta. Revolver viejos manuscritos
siempre trae consecuencias no deseadas, y si no, basta recordar el culebrón
que aún sigue sobre el último original inacabado de Capote, Plegarias atendidas, del que
periódicamente aparecen algunas páginas.
Estos últimos años han ido apareciendo textos de Orwell, poemas de
Benedetti, cuentos de Kafka, etc. Y la lista seguirá creciendo puesto que la
literatura se rige por unos intereses comerciales lejanos a los de la
investigación histórica, y es esto lo que muchas veces arroja serias sombras
sobre la auténtica realidad de lo que se nos trata de vender. RAMON CLAVIJO PROVENCIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario