sábado, 15 de febrero de 2014

LA CARTILLA TOSMAE: SALUD SEXUAL

El trabajo de catalogador, en ocasiones monótono, también reporta muchas sorpresas. Nuestro querido Soto Molina, don José, nunca deja de asombrarnos  cuando descubrimos algunas de las obras que donó a la biblioteca de su ciudad.  En esta ocasión, un minúsculo folletito de 40 páginas titulado “Cartilla Tosmae para uso de hombres y casadas: preceptos y misterios del lecho conyugal”. Publicado en 1897, de seguro que estuvo oculto gran parte del siglo XX. Tan oculto que parece que solo queda el ejemplar de nuestro benefactor, si damos crédito a las búsquedas bibliográficas automatizadas. Tosmae es pseudónimo de Fernando Mateos y Koch. Ya el título nos llama la atención, pues va dirigido a hombres en general pero solo a las mujeres casadas. Pero nada de machismo, pues ya en las primeras páginas aconseja “solicitar de la mujer el placer con amables palabras y no exigírselo nunca a la fuerza”. Un detalle. Eso sí, un poco de aseo antes del ajetreo, por medio de “un bidet o baño de asiento, muebles que facilitan mucho las abluciones diarias”. Ejercicio sí, pero con moderación, ya que un exceso del mismo puede fatigar los órganos genitales. Tampoco se debe acudir a “ideas lúbricas” para aumentar la excitación, ya que “el hombre razonable debe esperar que el mismo órgano le anuncie la necesidad y el momento de satisfacerla”. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, desaconseja los achuchones a la hora de la siesta, “pues el violento espasmo que provocan en todo el sistema puede suspender las funciones digestivas y producir á veces una apoplejía”. Ahí es nada. Y sin pasarse de copas, pues “los manjares y bebidas que enardecen la sangre no producen más que una excitación momentánea y predisponen a la anafrodisia o frigidez”. Y tacto, aconseja mucho tacto a la hora de solicitar los favores de la señora (el objetivo lo merece), pues debe respetarse “el tiempo del flujo menstrual, las indisposiciones, fatigas, disgustos... y no pedirle y exigirle lo que no tiene ganas de conceder...”, pues tomada a la fuerza “el futuro ser se resentirá indudablemente del estado en que se hallaba su madre”. Durante el embarazo aconseja la abstinencia durante los dos primeros meses y a partir del séptimo, alegando que puede dañar al embrión e incluso producir un aborto. El folletito, que Mateos y Koch extractó de su libro “Antes, en el lecho conyugal y después”, no ha perdido vigencia con los años, y excepto algunas costumbres hoy en desuso (como la de la siesta, pues sin duda todos los momentos son buenos, o la hoy desfasada abstinencia en el embarazo), está lleno de buenos consejos para llevar a cabo una auténtica vida en pareja. NATALIO BENITEZ RAGEL.

No hay comentarios: