sábado, 18 de mayo de 2013

FÚTBOL ES FÚTBOL


A pesar de mi afición al fútbol, sin llegar al fanatismo, virus que nos inoculó mi padre desde muy pequeños a mi hermano y a mí, no me ha dado nunca, aunque solo fuera por curiosidad, comprobar si hay mucha o poca bibliografía sobre el deporte rey por excelencia. Sin acudir a Internet, fiado solo de mi memoria, algunos cuentos de Eduardo Galeano, uno que leí tiempo hace, magnífico, de Jorge Valdano, pero sobre todo mucha literatura laudatoria en torno a futbolistas, clubes o equipos. Supongo que no habrá héroe o equipo, por muy locales que sean, que no tengan su panegírico o varios de ellos, por muy precoz que la figura sea. Pongamos por ejemplo el de Leonel Messi, del que, a pesar de sus 25 años, ya tendrá una bibliografía a sus espaldas considerable. Bibliografía con la que de seguro contarán clubes como el Real Madrid, Barcelona o, por seguir con futbolistas de época, Di Stéfano, Cruyff, Maradona o Zidane. Panegíricos y hasta hagiografías pero poca literatura ensayística, trabajos de investigación o análisis sobre los resortes y mecanismos que mueven los partidos de fútbol, esto es, las tácticas, los movimientos de las líneas, las estrategias, los cambios, etc. Todo lo que hace que el fútbol pase de ser un juego a querer convertirse en un deporte cuyo resultado dependa de la mejor preparación de un equipo sobre el otro. Y para ello, los grandes entrenadores no descuidan ni el más mínimo detalle. ¿Cuánto daría un editor por los cuadernos de Mourinho o por los estudios que sobre los rivales hace Guardiola? Pero lo más sorprendente de todo es que los glosadores de las gestas balompédicas sean periodistas, y a ninguno de ellos (en lo que alcanza mi memoria) le haya dado por escribir un libro de análisis de tácticas. O quizá no sea tan sorprendente cuando el periodismo deportivo es, al menos en este país, una de las profesiones más ventajistas que puede uno echarse a la cara: elogian al vencedor de la misma manera que critican, e incluso destrozan al vencido. Su eslogan preferido: “eso ya lo sabía yo”. José López Romero. 

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