viernes, 12 de octubre de 2012

UN PLACER Y SALUD


… Ya de vuelta. Un placer. Un curso más por delante que, por todas las señales del cielo y del infierno, no nos será propicio. Sin embargo, mi compañero Ramón y yo acometemos esta empresa con ilusión renovada y quedamos muy agradecidos a los lectores por acercarse cada semana a esta página para compartir con nosotros nuestro amor por los libros, por la Literatura (con mayúscula), y compartir también, los olores y los sabores agridulces de los libros. Nada nos debe ser ajeno y más en estos tiempos en que todo apoyo, toda colaboración, cualquier idea deben ser bienvenidos, si parten de la generosidad, la sabiduría y la experiencia. Y a veces la literatura nos servirá para alejarnos de una realidad que no nos gusta, pero muchas más veces debe servirnos para reflexionar sobre ella y comprometernos para mejorarla. Y en esto de la colaboración, de la idea brillante que puede si no mover al mundo, a nuestra sociedad, al menos zarandearla un poco, me topé hace unas semanas con la figura de Marc Vidal (no confundir con Nacho, aunque el contexto lo permita por lo del zarandeo). Marc Vidal es un joven autor de dos libros titulados “Crónica de una crisis anunciada” (manida adaptación del título de la novela de García Márquez), publicado en 2009, y el más reciente “Contra la cultura del subsidio”, que ya va por la tercera edición. En una entrevista reciente, la periodista calificaba a Marc Vidal como “emprendedor en serie, arruinado y superviviente” y destacaba que es “una de las personas más seguidas en España en tuiter”. Personalmente no me gustan y, por tanto, no tengo entre mis lecturas libros que tratan temas de tanta actualidad que terminan por convertirse en efímeros al poco de publicarse; ni siquiera aquellos cuyos autores nos merecen, por su prestigio en dichos temas, toda nuestra confianza. Como tampoco me atraen esos otros de autoayuda que proliferan en las tiendas y librerías, una especie de manual de instrucciones o prospecto de perogrullo ante cualquier problema de orden personal o laboral. Porque la lectura de los periódicos y estar bien informado a través de los distintos medios de comunicación es, a mi juicio, suficiente para hacernos reflexionar sobre la situación actual; y porque no hay nada como el apoyo de la familia y de los amigos para salir de cualquier atolladero. Pero la juventud de Marc Vidal y lo ya vivido me impulsan a concederle un punto más de credibilidad, porque no cabe duda de que durante demasiados años, y en especial en la última década, España ha sido y sigue siendo un país de subsidios, en el que los más listos (que son legión) sólo quieren su paguita a final de mes subsidiada por el Estado. ¿Trabajar? Hasta urticaria les entraba. No solo hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, sino que hemos pensionado y seguimos pagando a más ciudadanos de los que nos corresponde; muchos en edad actualmente de trabajar en vez de pasear y tomar cervezas; otros, con enfermedades que no les impide desarrollar otras labores en otros puestos. Y en Andalucía… A la vista está. Mucha salud a todos, porque dinero… José López Romero.  

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