sábado, 5 de febrero de 2011

FRICCIONES

Me preguntaban hace unos días, en un medio de comunicación regional, en torno a la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo del libro, y en concreto sobre los libros electrónicos. Contesté lo que tantas veces he expuesto en estas mismas páginas, que “el proceso es irreversible, y que todo parece ir más de prisa de lo que nunca imaginamos”. Precisamente esa aceleración está provocando curiosas fricciones entre lo que ha sido algo inamovible desde hace siglos y el futuro que se ha hecho casi presente. En este periodo de transición se están viendo afectados no solo los formatos sino  hábitos, costumbres, instituciones…Un ejemplo: Hace algunos meses un municipio británico de la órbita londinense, asfixiado como  otros por la crisis decidió cerrar una de sus bibliotecas públicas para ahorrar gastos, justificándolo además  con el peregrino argumento de que “en un mundo donde reina Internet, ¿qué valor pueden tener estas instituciones arcaicas?”. La respuesta no se hizo esperar. Un usuario de la biblioteca envío, valiéndose precisamente de las nuevas tecnologías, un mensaje a través de su móvil dando cuenta a otros usuarios de las intenciones municipales, mensaje que se propagó con la rapidez del rayo. En él se conminaba a todo aquél que le importara la biblioteca, a que se personara en ella e hiciera uso de su servicio de préstamo. En pocos días, tal fue la respuesta,  las estanterías de la biblioteca estaban prácticamente vacías, con lo cual se mandaba el mensaje de que la biblioteca publica, pese a Internet, al libro electrónico y a las nuevas tecnologías, era un servicio  apreciado y sobre todo útil para la comunidad. El resultado final es que parece que el mencionado municipio londinense va a pensarse algo mejor en dónde aplicar la tijera para recortar gastos. A propósito de esto hay que decir que las bibliotecas públicas  fueron una de las instituciones que mejor se adaptaron a la irrupción de internet en nuestras vidas, creando dentro de sus instalaciones, como un servicio gratuito más, la conexión a la red.  Pero es que ahora también  vuelven a ser de las primeras en  moverse ante la irrupción del libro electrónico. Otro ejemplo: La Biblioteca Provincial de Huelva es la primera andaluza que, dentro de una experiencia piloto a nivel nacional, ha adquirido cincuenta e-Reader (lectores) para comenzar a servir libros electrónicos a sus usuarios. Ramón Clavijo Provencio.

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