miércoles, 30 de diciembre de 2009

LA OTRA MIRADA


La mujer, muy mayor, se fue apesadumbrada de la sala, mientras que el bibliotecario, aliviado, respiró tranquilo. “¡Uf!, cada vez viene gente más rara”. ¿Qué le ha pedido? Le pregunté, más por cortesía que por curiosidad, mientras tramitaba el préstamo de un libro que, ya descatalogado, había podido localizar con algo de suerte en aquella biblioteca. “Pues que le encontrara un libro que, según ella, leyó hace años aquí. Pero lo grande es que no se acuerda ni del título ni del autor, sólo que sus páginas estaban llena de anotaciones manuscritas; por lo visto de un antiguo novio que así se comunicaba con ella, evitando a la carabina. Vaya usted a saber dónde está el libro después de cincuenta años”. Salí de la biblioteca pensativo, dándole vueltas a aquella curiosa historia. En ese momento pensé que yo mismo podía haber tenido entre mis manos otras historias similares, historias escondidas en los estantes de muchas bibliotecas públicas, y que no había sido capaz de reparar en ellas: aquel libro lleno de hojas de distintas plantas, que hubiera hecho feliz a cualquier botánico, y que alguien dejó atrapadas entre las páginas de aquella novela. O aquel tratado de historia lleno de curiosos dibujos hechos a lápiz, a los que poca atención presté, pese a que seguramente ocultarían algo más interesante de lo que podía sospechar. Miré entonces con prevención al libro que acababa de sacar de la biblioteca. En él tenía que esconderse otra de aquellas enigmáticas historias, solo reservada para aquellos que tuvieran esa “otra mirada” para poder descifrarlas. Ramón Clavijo Provencio

No hay comentarios: