jueves, 7 de mayo de 2009

Pintores y fotógrafos viajeros


Uno de los aspectos más interesantes, dentro del enorme corpus escrito que nos ha dejado la literatura viajera sobre nuestro país, especialmente la que abarca desde el último tercio del siglo XVIII al primer tercio del siglo XX, es la de los ilustradores. Al mismo tiempo que los viajeros daban cuenta por escrito de sus impresiones sobre España, muchas veces también nos dejaban dibujos e interpretaciones pictóricas de los lugares que visitaban. Unas veces estas eran hechas por acompañantes del propio escritor-viajero, que viajaba solo con este singular cometido; en otras ocasiones concurrían en una misma persona las facetas de escritor y dibujante. ¿Qué imágenes de España, de Andalucía nos dejaron estos dibujantes, y en qué libros y reediciones podemos interesarnos por ellas? Quizás, si hubiera que nombrar a algunos de los más relevantes, apostaríamos por los británicos Edward Locdke (“Vistas de España”, 1824), David Roberts (“Apuntes de España”, 1837) y John Lewis (“Apuntes de España y el carácter español”, 1837, que estuvo precedido por una serie sobre la Alhambra). También los franceses Doré y Davillier (“Viaje a España”) Chapuy, o Parcerisa entre los venidos de la península Itálica. Muy interesante y menos conocido, es el legado fotográfico de los viajeros, cuyo ejemplo más representativo es el libro la “España incógnita”, publicado en 1922, obra del viajero y fotógrafo alemán Kurt Hielscher, cuya visión de nuestro país en los años previos a la segunda Republica, ya con una cámara Nikon y no con los pinceles, siguió reforzando esa España distinta, oscura, trágica, pero cautivadora propia de la mentalidad romántica. Actualmente es la Hispanic Society la que conserva la totalidad de su colección de fotografías (1.600) sobre nuestro país (una de ellas de la Cartuja de Jerez), y de las que solo se han publicado hasta hoy unas trescientas. A Hielscher le precedieron otros ilustres, ahora redescubiertos, como Charles Clifford o Jean Laurent; lo cierto es que cada vez más son los estudiosos que se interesan por el legado fotográfico, de aquellos que recorrieron las rutas peninsulares desde finales del XIX, como lo hemos podido comprobar en la reciente exposición, con vocación itinerante, celebrada en La Carolina “La Andalucía imaginada”. Volviendo a los pintores, nos cuenta el investigador José Alberich (“Del Támesis al Guadalquivir”), que estos debían tener mucho cuidado de no ser detenidos, sobre todo en la convulsa España de mediados el XIX. Era un trabajo incómodo, que levantaba normalmente las sospechas de las autoridades militares. Richard Ford advertía que en cualquier circunstancia serían interrumpidos y arrestados en caso de que el motivo de sus dibujos fuera fortificaciones o vistas de la ciudad. Incluso el mencionado Edward Locdke tiene una obra titulada “El artista vigilado”, lo que demuestra hasta qué punto era obsesivo la preocupación de las autoridades decimonónicas españolas, sobre la actividad de los viajeros extranjeros, especialmente la de los pintores. . Ramón Clavijo Provencio.

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